sábado, 15 de septiembre de 2012

RODRIGO BORREGO VUELVE A GANAR EL CTO DE ESPAÑA DE TRIATLÓN G.E.



Nuestro amigo Rodrigo Borrego ha vuelto a proclamarse campeón de España de G.E. Nada más enterarnos le pedimos una crónica y de inmediato la teníamos en el buzón de entrada de nuestro email. Le pedimos perdón por no publicarla el lunes, pero teníamos otras pendientes. Mil perdones Rorro. Por cierto este fin de semana ha vuelto a subir a lo más alto del podium. Todo un genio y figura, vaya temporada de triatlones, duatlones, trail,... todo un todo terreno. Os dejamos sus palabras 
Escalera a la nube… por segunda vez

El “previo” a la salida…
…comienza a las 9:00, con los Fraggle Rock sonando a toda leche en el despertador del teléfono móvil, con lo que la activación es inmediata :-D
Pequeño repaso mental a la agenda del día haciéndolo “marcha atrás”: a las 15:00 bocinazo, a las 13:00 hora tope para meter las cosas en el área de transición, a las 10:00 abren secretaría… por lo tanto, un poco de tranquilidad y decido hacerlo todo del tirón a eso de las 11:00.
Hasta ese momento, un poco de tonteo internetiano, desayuno testimonial (cuando la competición es a la hora de comer, ni desayuno, ni como sino que hago una especie de comi-desayuno, aunque meto algo en el estómago al levantarme), preparar la mochila con las cosas necesarias para la entrada a boxes, etc.
A las 11:00 recogida de las “bolsa del triatleta” (la entrecomillo porque eran sólo dorsales, gorro y una camiseta ramplona (prefiero no decir nada respecto a esto ;-D), me reparto los adhesivos por casco y bici y antes de ir a boxes, aprovecho para hacer la activación de rigor.
¿Cuánto tiempo, cuántos kms? Sencillo, lo que pida el cuerpo así que me limito a rodar un poco por la zona del bucle que no conocía del circuito y darle un par de vueltas porque el circuito lo conozco del año pasado (ni cambios de ritmo, ni apretones ni ná de ná… simplemente pedalear tranquilo, activar cuerpo, probar cambios y frenos, etc.).
En la zona de transición, sin problemas porque la gente estaba en la reunión técnica (decidí saltármela porque en el 90% de los casos no valen para nada y se limitan a ponernos una presentación) y dejo todo menos los bidones de isotónica que decidí cambiar apurando antes de las 13:00 (luego me enteré de que nos dejaban meterlo antes de la salida pero, bueno).
Marcho al hotel y como ya eran las 12:00 hago el comi-desayuno, preparo bidones y de nuevo a boxes para ponerlos en la bici y en ese momento me entero de que el recorrido no es el del año pasado sino que se hace ¿”al revés”?, que en la última vuelta hay que hacer no sé qué cambio raro por el otro lado del puente… uy, que resulta que esta reunión técnica sí que han contado cosas… bueno, lo hecho, hecho está así que no me estreso y tiro para el hotel para seguir tranquilo.
Una horilla de esparcimiento y tonteo internetiano aprovechando para revisar lo que faltaba del material, circuitos que tenía en el ordenador, últimos pensamientos sobre la carrera… un saludo a las mariposas en el estómago, que empiezan a aparecer apenas una hora antes… y un poquito de chateo y parloteo para liberar un poco de tensión.
Otra vez a boxes y sigo bastante tranquilo, “simplemente” con esa sensación que tiene cuando sabes que tienes hechos los deberes, que llevas las cosas preparadas, que no te viene mal el entorno… pero que hay infinidad de cosas que no controlas y que dependen del azar y de cómo vaya la carrera.
De hecho, en todas las conversaciones que tuve hasta el mismo instante antes de saltar al agua, siempre dije y mostré esa misma “cara” así que, que nadie diga que no lo avisé o que me escondí ;-D

¡¡¡Al agua patos!!!
Tras unos minutos en el pantalán, que se hundía por momentos y, como siempre, apurando hasta que dicen que queda un minuto para la salida (eso de calentar en el agua no va conmigo ;-D), voy a la zona del centro de la ría, justo debajo de la boya porque se me antojó que ése sería el mejor sitio para mí (independientemente de si era mejor o peor nadar por ahí).
Nada más dar el bocinazo, lo que toca es salir a “marica el último” así que pedal a fondo y a nadar respirando cada dos (sí, sí, paso de cada cuatro al principio, porque bastante apnea toca hacer cuando te toca saltarte alguna respiración porque alguno te ha dado un manotazo).
Sensaciones raras porque me noto que voy bien (no soy rápido pero voy viendo que mantengo buena posición), recibo alguna que otra caricia en la cara que me coloca un poco más apretadas las gafas en los ojos (vamos, que casi me las incrustan un par de veces ;-D)… en fin, sensaciones típicas de una salida a tope con tus momentos buenos y malos.
Se estira un poco la cosa pero en las miradas que echo hacia la boya calculo que debo ir alrededor del 15º-20º cuando llevamos un cuarto de agua así que, primer punto: si he superado el sprint y estoy en zona limpia de nadadores, ya hemos salvado un problema así que, ala, un pequeño movimiento a derechas y a pillar pies (algo raro en mí salvo que encuentre un buen ritmo).
En el giro de las dos boyas de mitad de recorrido, veo que la gente no va a apurar bien así que me la juego y aprieto un poco para enganchar y, no sólo sale bien la cosa sino que al empezar a volver (contracorriente), parece que bajan el ritmo así que, como soy un poco radical libre, sigo a mi ritmo y me pongo en cabeza del grupo aunque gaste más energía y esa posición la mantengo prácticamente quinientos metros, hasta que llegamos a una zona donde cubre poco, que nos obliga a desperdigarnos en función de las decisiones que tomamos cada uno (yo, como soy “de ciencias”, tiro por la línea recta, aunque me obligue a nadar un poco regular porque apenas cubriría medio metro).
Como veo que voy incrustado en el grupo y que a los de delante no los pillo en la transición, en los últimos doscientos metros, bajo un pelín el ritmo, más que para recuperar aliento, para que no se hinche el brazo y me dé un susto por empezar a perder fuerza así que toco tierra el 3º-4º del paquete (10º-12º creo que fue).

¡¡¡Vamos a pedalear!!!
La transición era kilométrica así que lo tenía claro: exprimirla a tope y correr como si estuviera ya en el segmento de carrera a pie para recuperar todo lo posible y sacar un poquito de ventaja a los que vinieran conmigo del agua (me cantaron 8º).
Sale bien todo el tema de quitarme el neopreno, ponerme casco y dorsal y agarrar la bici así que, sin ser una transición súper, sí que la rentabilicé mucho (no sé cuánto es ese “mucho” pero sí que limé unos buenos segunditos mágicos ;-D).
Antes del saltito de rigor, mirada rápida delante y detrás para ver cómo de rápido había que hacerlo y decido calzar dándome un segundo de margen para meter bien los pies porque ni engancho por delante, ni me sueltan por detrás y eso de tener los pies metidos bien desde el principio vale mucho.
A partir de este momento es cuando empieza gran parte de al lotería y como noto que no voy súper (un poco por el sprint en el área de transición y, por otro, porque sé que este año voy con menos punch, aunque más fondo), no salgo a morir sino que opto por una táctica un poco conservadora: a ver qué tal sale el paquete que se va a formar con los que estamos juntándonos.
No circulábamos mal y le íbamos recortando a los que habían salido primeros del agua pero cuando había amagos de tirón o se incorporaba alguien desde atrás, sufría bastante así que activé el modo alerta total para no perder ni un solo metro a lo tonto.
Creo que fue en la segunda vuelta en la que contactamos y ahí es donde empiezan a reavivarse los palos y la sensación de intranquilidad por mi parte pero, afortunadamente para mí, no eran palos “encarnizados” ni eran a discreción así que fui midiendo mucho cada salto que hacía y al ver que quien más estaba atacando se iba un poco, decidí dejar de saltar a ver si había suerte, se quedaba solo y se tranquilizaban un poco las cosas.
Caray, dicho y hecho, nos quedamos como una balsa de aceite, en bastante buena compañía porque todos éramos conscientes de que era un circuito para ir en grupo y simplemente nos limitamos a mantener al de delante a una distancia prudencial de medio minuto.
Reconozco que fui bastante perro y que apenas trabajé pero: para eso están las tácticas en carrera, no iba fino, sé que cuento con una de las mejores carreras a pie así que bajarme en cabeza, para mí es partir de una muy buena posición y, lo principal y que no me podía creer, íbamos metiéndole tiempo al paquete que venía detrás y, sobre todo, a los siguientes, que es donde venían los galgos que más miedo me daban de cara a la carrera a pie.
Conclusión: trabajar lo justito aprovechando las subidas, esconderme en la zona de aire en contra y zonas de rodar de potencia y 100% al loro en casos de palos, la zona del bucle, giros de 180º, etc.
Mentiría si no reconociera que en la cuarta vuelta no me asaltaron mil pensamientos de “éste va a ser un gran día, se está poniendo muy de cara” pero, uf, vaya bajón me dio oírle a un compañero que “ojo, que el que va escapado corre en 34’”… vaya vuelta a la realidad me pegó eso… pero, también me supuso una activación brutal y unas ganas de salir a morir a pie que no sabría cómo describir.
Así que, nada, tocó ponerse un poco las pilas y empezar a hacer números y preparar la táctica de cara a la carrera a pie aunque sin perder los nervios porque ese medio minutejo, contando con el calentón con el que se bajaría, era algo que podría recuperarse.
Con las orejas bien tiesas, en los últimos kilómetros me dedico a respirar todo lo que puedo, relajar las pernas siempre que puedo, tomarme el gel de rigor y ponerme alerta para la entrada a la transición, que es lo que me habían dicho que cambiaba y que no conocía.

No hay comentarios: